Inteligencia artificial. ¿A qué nos referimos?

Debemos de tener muy en cuenta que esto no se trata de una película de ciencia ficción o el argumento de un libro futurista, sino de algo que cada vez más va a estar presente en nuestras vidas cotidianas -y de manera exponencial-. Esta nueva filosofía de entender los datos va a ser -junto a ambas revoluciones industriales y el desarrollo de internet- una nueva forma de entender los negocios y nuestro día a día.

Humanos y máquinas se verán fusionadas donde los procesos se verán retroalimentados por ambos agentes. Las máquinas pues, podrán -y ya pueden- a partir del conocimiento humano generar sus propias acciones y decidir autónomamente para lo que se les ha programado.

El desarrollo de algoritmos aplicados a la inteligencia emocional tiene el propósito de presentar las mismas capacidades decisorias que podría tener un humano, aunque con menores redes neuronales.

Según el científico Stuart Russell podemos diferenciar entre diferentes tipos de inteligencia artificial.  Estos tipos de inteligencia barajan desde el pensamiento, los actos y el raciocinio. Por ejemplo, no se aplica la misma inteligencia artificial a la automatización de decisiones que a tratar que un ordenador pueda realizar tareas como hacen las personas. Además, podemos ir un escalón más allá donde la IA es aquella inteligencia que trata de imitar el comportamiento humano de forma racional.

Aun estamos muy lejos de poder lograr una transformación completa donde la máquina se asemeja al humano. Esto se debe a la complejidad de nuestra red neuronal, así como las diferentes áreas de nuestro cerebro que permiten discernir y procesar información para poder decidir, no obstante, en un futuro podremos ver una serie de innovaciones que nos sorprenderán.

¿Cómo influye la Inteligencia Emocional dentro de la empresa?

Actualmente nos encontramos en la tesitura de la transformación digital. Las empresas empiezan a modernizarse y sobre todo a cambiar sus modelos de negocio adaptándose a las nuevas tecnologías. Cada vez es más importante la obtención de datos por parte de la empresa por dos razones: para el propio uso de ésta -mediante el tratamiento de datos- o directamente para la venta a terceras empresas. Desde hace relativamente poco, no podremos volver a entender el concepto de empresa sin estas dos vertientes.

Me gustaría dar algunos ejemplos de cómo podemos aplicar la IA a nuestra empresa. Uno ejemplo de inteligencia artificial que podemos encontrar actualmente en el mundo de las finanzas es la aplicación de algoritmos para poder determinar de forma automática el tipo de interés a pagar, ofrecido en un préstamo a nuestro cliente según una serie de variables como son las condiciones de mercado y la predicción del valor de nuestro cliente. Además, también puede servir para detectar cualquier tipo de fraude o para sugerir productos o servicios específicos que concuerdan con las necesidades de éstos.

Si nos dedicamos a una empresa que tenga que ver con el mundo de la alimentación, la aplicación de la inteligencia artificial puede hacernos ganar mucho dinero. Simplemente adaptando tu cantidad de producción mediante variables como las condiciones meteorológicas y tendencias alimenticias actuales -entre muchísimas otras- podremos determinar mejor la demanda esperada y por lo tanto ahorrar tanto en stock como excedentes.

Otro ejemplo que demuestra que la inteligencia artificial esta al orden del día lo encontramos en el ámbito comercial o económico. Sabemos que empresas como la multinacional Amazon utilizan la IA para pronosticar el grado de éxito de sus productos antes de su lanzamiento. Es por esto la importancia que tiene la IA para poder gestionar de manera adecuada tus recursos y obtener con ellos el máximo beneficio.

Por otro lado, podemos aplicar un sistema en nuestra página web de “chatbot” que básicamente nos va a permitir obtener información de nuestros clientes, ofrecer soluciones automatizadas y a su vez poder ahorrar en recursos debido a que no hace falta contratar a tanto personal para este tipo de atención.

Conjuntamente, si nuestra empresa tiene instalaciones podremos adaptar éstas para un consumo energético eficiente donde se pueden medir las variables y decidir cual es la temperatura idónea para el edificio, por ejemplo. A si mismo, podremos detectar cualquier tipo de fallo de seguridad como puede ser las fugas de gas o fallos eléctricos -entre otros-.

Además, si nuestra empresa se dedica a la logística y transporte vamos a poder utilizar los datos para la gestión del movimiento. Esta gestión viene dada por la localización gps que nos podrá ayudar a determinar cuales son las rutas más eficientes para el transporte de mercaderías. Actualmente también podemos encontrar soluciones para mejorar la seguridad vial evitando colisiones o golpes con terceros.

Para concluir con este último ejemplo quería poner en valor el sistema de recogida de residuos que se lleva en algunas regiones de Nueva Zelanda o Corea del Sur. Este sistema se basa en colocar papeleras que tienen un detector llamado “E-cube” por la propia empresa que ha desarrollado el sistema. Este sensor de altura envía a la centralita una señal avisando que el contenedor esta lleno con el objetivo de poder calcular rutas eficientes y ahorrar hasta un 80% de los recursos que se utilizaban con métodos de recogida tradicionales.

Una vez llega la información a la centralita se puede combinar con otras variables como el tráfico de la zona comparando con las mejores horas para realizar recogidas. El método consiste en poco a poco enseñar a la máquina a que pueda calcular las mejores rutas de recogida de residuos consiguiendo mejorar la higiene de las ciudades y destinando muchísimos menos recursos a esto.

Os dejo el enlace para que podáis acceder a su web así como el ánimo para que empecéis siendo los pioneros en España -ya que tienes la posibilidad de hacerte distribuidor- : https://www.ecubelabs.com/